Los niños pequeños necesitan desesperadamente ESTRUCTURA, RUTINA y PREDICTABILIDAD, todas las cuales son desechadas por las cooperativas de educación en el hogar, la escolarización compartida semanal o diaria con otras familias y las actividades grupales habituales. Esas experiencias son lo último que necesitan los niños pequeños. (Estos grupos surgieron y existen principalmente para los padres... que desesperadamente quieren variedad y alivio de la rutina diaria.) ¿Por qué? Porque la uniformidad en el entorno, etc., para un niño se traduce en seguridad emocional para ese niño.
Es en medio de la estructura, la rutina y la previsibilidad, con sólo unos pocos adultos clave y piadosos, generalmente con sus padres y/o abuelos, los mismos todos los días, que un niño puede relajarse lo suficiente para centrarse en su propio crecimiento. Si las situaciones externas, los entornos y las personas con las que se relaciona cambian constantemente, él dedica tanta energía a encontrar el equilibrio dentro de ese panorama general en constante cambio, que no puede crecer personalmente con tanta confianza y rapidez.
Esto es lo que está especialmente mal en las guarderías. El personal es transitorio. El padre bien podría inclinarse hacia Johnnie el primer día y decirle: "Johnnie, ¿a qué miembro del personal transitorio y a tiempo parcial te gustaría parecerte más cuando crezcas?". Y cuando ves a Johnnie jugar, juega consigo mismo. Es mentira que necesite socialización a esa edad. Se necesita a sí mismo, atado a las faldas de su madre, en esos primeros años, una especie de cuarto trimestre, un embarazo que continúa fuera del útero durante mucho tiempo, todavía.
