Recuerde crear un vínculo entre su hijo pequeño y su verdadero Dios, Creador y Salvador, leyéndole la Biblia todas las noches. La versión infantil de Egermeier está en un solo libro, tiene imágenes maravillosas, es fácil de entender y se aprende fácilmente porque cuenta la historia de la Biblia en un solo volumen. :) El año pasado utilicé un solo volumen sencillo con los niños a los que enseñé durante siete meses, de modo que estuvieran familiarizados con cada una de las historias cuando se mudaron a otro estado. Teníamos que terminarlo rápido, ¡y LO HICIMOS! Les encantaba cuando les leía fragmentos de él. Era nuestro momento de mayor vínculo. Es una inversión en su alegría, porque Dios unge la lectura de la Biblia y se puede sentir en el aire cada vez que se lee la Biblia: ¡una pequeña experiencia sobrenatural todos los días! No hay ningún libro como este.
Muchos grandes hombres han dicho: "Lo que aprendí de Dios, lo aprendí en las rodillas de mi madre". Sólo unos pocos años de influencia sobre su hijo pequeño, y luego la puerta comienza a cerrarse. Los años pasan volando. Es mucho más importante leerle la Biblia que cualquier libro de la biblioteca, cuando su tiempo se limita a leer un solo libro muchas noches. Al hacerlo todas las noches, establece un hábito en el pequeño espíritu de su hijo para que quiera acercarse a Dios todos los días, para comunicarse con el amante de su alma, todos los días. Cuando la mamá hace esto, establece un hábito para toda la vida para el niño, algo que muchos padres nunca les dan a sus hijos. Es mucho más fácil establecer este amor por la Biblia, desde el principio, en la infancia. Muchos adultos quieren leer la Biblia, pero se ven derrotados, debido a la falta del hábito.
Miremos cuán hermoso es Jesús para nosotros: en las devociones de Charles Spurgeon allá por el siglo XIX, leemos:
“Nunca nadie tuvo un hermano como él. Nunca una esposa tuvo un esposo como Cristo ha sido para mi alma. Nunca un pecador tuvo un mejor salvador. Nunca un doliente tuvo un mejor consolador que Cristo ha sido para mi espíritu. No quiero a nadie más. En la vida, él es mi vida. En la muerte, él es la muerte de la muerte. En la pobreza, Cristo es mi riqueza. En la enfermedad, él hace mi cama. En la oscuridad, él es mi estrella. En el resplandor, él es mi sol”.
Nunca ha habido un amante así, aparte del Salvador. Familiarízalo bien con tu hijo :) y te lo agradecerá toda la vida. No hay mejor regalo que puedas hacerle.
Contigo,
Renée