Reflexiones sobre el amor comprometido vs. el sentimentalismo en el día de San Valentín:
Creo que es más interesante en este día de San Valentín observar la manía de nuestra cultura por involucrarse en el sentimentalismo y el materialismo , muy a menudo con una serie de amantes pasajeros (que comienzan en la escuela secundaria, continúan en la oficina y terminan en comunidades de retiro para personas mayores con múltiples divorciados y nuevos matrimonios que juegan a la cuna juntos) en preferencia a aferrarse a los verdaderos cimientos de un amor singular para toda la vida.
Un amor solitario como éste se basa en una fidelidad creciente, en una lealtad, en el apoyo mutuo en las buenas y en las malas, en la concentración, en el altruismo, en el autosacrificio, en la adaptación a otro ser humano en todas sus delicadezas, en la promoción del otro ser humano ante los ojos de los demás, en la fe en él, en el trabajo codo con codo en diversos proyectos de vida, etc. Un chino construyó para su esposa una escalera de piedra que subía a su montaña de 500 escalones, se los regaló con orgullo y los subió y bajó con ella durante el resto de sus viejas y paralizadas vidas juntos. Ella era todo su horizonte.
Por otra parte, como cultura, preferimos gastar dinero y oropel en la situación con un amor temporal que hacer el trabajo de la longevidad y la profundidad del “conocimiento” del amor. El antiguo himno expresa muy bien el amor verdadero con sus palabras: “Él me sostendrá fuerte”. Ese es también el tono principal del amor humano: “Yo te sostendré fuerte”.