Los niños necesitan límites.
En las reuniones sociales e incluso en la iglesia, después de que termina el servicio, a menudo olvidamos que los niños necesitan la supervisión de un adulto en todo momento. Sin un control estricto, los niños sin supervisión, que corren en manadas, tienden a comportarse de manera desviada, se dañan las propiedades y/o alguien resulta herido.
Existen dos métodos sensatos para establecer una vida grupal saludable y triunfante para los niños en cualquier momento. Se encuentran en los conceptos de enseñanza de “reunión” y “preposicionamiento”. Veamos cada uno de ellos.
Reunir a todos los niños que participan en un evento para que se sienten tranquilamente a los pies de un adulto ayudará a que el grupo se agrupe en la dirección correcta. Las instrucciones que se dan en el momento de la reunión brindan a los niños claridad y seguridad. Los niños necesitan saber, en todo momento, que un adulto está al mando y que se puede encontrar rápidamente a una figura de autoridad en caso de que sea necesario.
El posicionamiento previo proporciona además una orientación específica sobre los límites. De esta manera, se establecen estándares que ayudan a definir el evento y a marcar el tono de la atmósfera.
La reunión y la colocación previa son los lugares donde se establecen (y se comunican) los límites a los niños. Cuando están en grupos, los niños necesitan tres tipos de límites (espaciales, de actividad y de comportamiento) para funcionar de la mejor manera posible. A continuación, se presentan ejemplos de límites de los tres tipos.
Uno ( espacial ): “Puedes jugar en esta área, pero no salgas más allá de X, Y o Z”.
Dos ( actividad ): “Puedes usar este equipo, estos objetos, estos juegos. Debes devolverlos a su lugar antes de pasar a la siguiente actividad”.
Tres ( conductuales ): “Debes comportarte con amabilidad, buscando formas de servir o ayudar a los demás. Piensa en los demás más que en ti mismo cuando estés en un grupo”.
Estas dos estrategias de gestión sencillas de reunir y posicionar previamente a los niños son maravillosamente proactivas y se basan en el hecho de que “una onza de planificación previa y prevención es mejor que una libra de cura caótica”.
Valoremos a nuestros hijos y sus eventos sociales estando atentos a sus necesidades. Determinémonos a brindarles protección y seguridad en todo momento. No hay momento en que los niños no sean importantes. Cada ámbito social es un lugar para seguir cuidando, entrenando y atesorando a nuestros hijos. La paternidad es una cuestión de vigilancia. Hágalo con cuidado y oración durante unos pocos años, una carrera a través del tiempo, y cosechará las recompensas una y otra vez en los años venideros.
Para ver una divertida presentación casera del Sr. Equivocado y la Sra. Correcta demostrando estrategias para manejar grupos de niños, solicite nuestro video MP4 descargable .