Puedes enseñar fonética más rápido
A algunos de los que enseñan a leer a niños pequeños les resulta tedioso o, incluso, una pesadilla. Mientras sigo reflexionando sobre este problema, me doy cuenta de que , si bien el niño que está a punto de aprender a leer llega a ese punto con cinco años de impronta fonémica auditiva masiva, dedicamos la mayor parte de nuestra enseñanza formal de la etapa inicial de la lectura a tratar ese mismo tema.
Por el contrario, el niño que aún no sabe leer llega a esa etapa sin prácticamente ninguna capacidad de discriminación táctil o visual de los símbolos de las letras cuando no los escucha. Si esto es así, parecería que haríamos bien en centrar nuestros esfuerzos de enseñanza en recuperar la parte del “toque y la observación”, en lugar de centrarnos en la parte auditiva (que el niño ya ha abordado con confianza).
El padre o la madre que repite la misma palabra clave y el mismo sonido aislado una y otra vez mientras el niño traza símbolos de letras enormes, logra el objetivo. Este método genera confianza, ya que el padre o la madre básicamente le está mostrando al niño que “esta letra no dice varias cosas, dice lo mismo cada vez que la veo”. El padre o la madre que tiene éxito no está llamando la atención del niño hacia múltiples ejemplos del sonido en diferentes situaciones (madre, munchies, lunes, luna, etc.), algo que el niño ya conoce a la perfección.
El niño que está aprendiendo a leer necesita las claves visuales, no más audición . Este cambio de énfasis genera confianza, porque el niño aprende que esta letra no dice varias cosas, sino que dice lo mismo cada vez. Este enfoque permite que la vasta parte auditiva ayude a la parte táctil recién adquirida, estabilizada por un solo ejemplo auditivo, de manera mucho más sutil, algo que ocurre incluso de manera subconsciente.
Por lo tanto, tal vez nosotros, como instructores de lectores principiantes, deberíamos cambiar de tema y pensar que estamos enseñando clases de dibujo en lugar de clases de lectura .
Este cambio deliberado en nuestra manera de pensar podría marcar una enorme diferencia en nuestros resultados. Parece que tal vez debamos detenernos aquí por un tiempo, al principio. ¿El objetivo? Hacer que el niño reconozca esos símbolos en su mano, mediante el trazado abundante de letras muy grandes, llamándolas solo por su sonido fonético, no por el nombre de la letra del alfabeto, antes de embarcarse en el segundo paso de juntar las letras para formar palabras.
Entonces, sorprendentemente, las dos subhabilidades ya adquiridas se unen en una hermosa sinergia y el niño descubre que leer es un sueño. El siguiente paso es solo un pequeño salto: pegar letras en una línea para formar palabras. Demasiados niños no aprenden a leer de esta manera y, como resultado, tropiezan y se tambalean en el proceso de lectura durante demasiados años. ¡Quizás hemos puesto el énfasis en la sílaba equivocada!
Nota: este sistema no es aplicable al aprendizaje de una lengua extranjera, ni tampoco es adecuado para el niño que ya tiene una sólida base en español o hebreo como segunda lengua, por ejemplo, en cuyo caso también hay que desarrollar la parte auditiva desde cero. Sólo sería aplicable a un niño que esté aprendiendo a leer en su propia lengua materna.
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