La impronta táctil de la práctica del piano realiza ingeniería inversa en el cerebro. Le indica cómo desenredarse estableciendo múltiples vías seguras en su cerebro. Organiza el cerebro y lo gobierna, minuciosamente, durante cada sesión de práctica táctil.
La práctica del piano enseña al cerebro a "proyectar el ataque"... a tomar cualquier obra extensa y dominarla sección por sección, poco a poco, centímetro a centímetro. Es como darse palmaditas en la cabeza y frotarse la barriga al mismo tiempo; no hay nada que haga que ambos hemisferios del cerebro cooperen entre sí tanto como la práctica del piano. Un sabio músico mayor dijo una vez: "Exijo que la instrucción musical de piano para los jóvenes sea tan necesaria como la formación en matemáticas. Para mí, ninguna de las dos es negociable".
No es de extrañar que la práctica del piano sea beneficiosa para la formación del cerebro en los más pequeños y no menos importante para el mantenimiento de la claridad en el funcionamiento cerebral en los mayores. Los pianos son un invento maravilloso y un regalo permanente para el crecimiento y la educación de la humanidad.
Para comenzar, pide Quick Piano y aprende a tocar el piano en casa.