¿Cómo podemos resolver el conflicto entre dos teorías diferentes sobre cómo enseñar a un niño pequeño?
En los debates sobre cuál es la mejor manera de enseñar a nuestros pequeños, circulan dos teorías pedagógicas muy diferentes: (1) dejar que el niño deambule por el mundo y descubra la vida o (2) enseñarle meticulosamente mediante ejercicios de repetición. A continuación, se ofrece una solución a estas teorías pedagógicas tan contradictorias; en ella, todos podemos encontrar puntos en común. De una vez por todas, acabemos con este dilema pedagógico.
Enseñarle a un niño una habilidad es muy diferente que enseñarle un concepto académico. La confusión con respecto a las teorías se aclara si primero analizamos las definiciones.
Una habilidad:
Una habilidad es la adquisición de una herramienta rápida, ingeniosa y lista para realizar tareas repetitivas. (La fonética puede ser etiquetada como una habilidad, según este concepto).
Un concepto:
Un concepto académico es una introducción y un crecimiento en la conciencia de las complejidades de las realidades, sistemas, emociones, etc. que afectan nuestra humanidad (es decir, crecimiento en el estudio de la ciencia, la historia, el gobierno, los estudios sociales, la literatura y todas las artes).
Las opiniones como la que defiende Common Core (otra vía hacia la muerte de nuestra nación) consideran erróneamente que enseñar la habilidad de decodificar la lectura es un proceso “académico” (de ahí la idea equivocada de que la manera de llegar al núcleo de lo que se necesita es simplemente enseñar ese tema de “lectura” en el primer o segundo año). El problema con esta visión es que no hay alivio de la “práctica de la habilidad” de la lectura inicial. El niño no recibe en ningún momento (en otros momentos del día) respuestas a las necesidades y apetitos espirituales e intelectuales constantes de un niño (que fue creado a la inmensa y profunda imagen de Dios) desde el principio. ¡Estas partes de un ser humano no esperan a ser desarrolladas solo más tarde!
La decodificación de lectura (es decir, la fonética) es una habilidad que se enseña, como el piano, el violonchelo, los golpes de tenis, la mecanografía, los pasos de baile, la sastrería, la ingeniería eléctrica, la cocina y las tablas de multiplicar matemáticas. Todas estas habilidades se adquieren mediante experiencias altamente repetitivas de la misma exigencia, todo ello bajo la atenta mirada de un tutor meticuloso que está ahí para exigir el mismo procedimiento paso a paso (con una velocidad y una precisión cada vez mayores) cada vez que el estudiante se enfrenta a ese desafío.