Los signos obvios de superdotación en un niño en edad preescolar pueden incluir un agarre táctil inusualmente fuerte, habilidades motoras finas y habilidades agudas de discriminación auditiva… es decir, el niño puede imitar pronunciaciones de palabras que quizás nunca haya escuchado antes.
Si se dan estos y otros signos evidentes de superdotación, la forma en que los padres manejen la situación es fundamental. A continuación se ofrecen algunos consejos. A medida que el niño crece, nunca le hable directamente de su superdotación. Elógielo generosamente y anímelo con frecuencia, sí, pero no deje ver que esto es algo fuera de lo común. No llame su atención comparándose con otros de su edad. Simplemente actúe como si esto fuera normal. Nunca hable de la superdotación del niño entre sí, ni con amigos o familiares delante del niño. Elogie al niño principalmente por sus cualidades de carácter, no por su inteligencia. “Fuiste tan amable, tan paciente”, etc. Durante todos los años venideros, elogie al niño por los ejemplos de piedad en su comportamiento.
Una vez vi a una niña rumana de diez años muy talentosa tocar el violonchelo en una sala de conciertos con miles de personas en una gran ciudad. Observé que después del concierto todos sus parientes la rodearon en un círculo cerrado para que nadie del público pudiera llegar a ella o hacerle comentarios. Ella no tenía idea de lo talentosa que era, y se mantuvo humilde y valiosa porque la protegieron de la adulación innecesaria. Fue el amor inestimable que sus parientes sentían por ella como una persona en desarrollo lo que los hizo tomar esta inusual precaución. Una persona talentosa necesita progresar hasta el límite de su capacidad, pero nunca debe pasar del amor a Dios al amor a sí misma a medida que crece. Nosotros, como adultos, tenemos que guiar a estos niños con sabiduría para asegurarnos de que su devoción al Dador de su don se mantenga intacta.
Para obtener más información sobre este tema, lea nuestro folleto sobre cómo educar a un niño superdotado en casa .